25 de mayo de 2009.
Mañana Mónica volverá a marchar. Me hubiera gustado haberla robado algo de tiempo para que me enseñara unos truquillos en este mundo de los blogs, pero solo tiene un tiempo y muchas vidas. No es un reproche, no puedo permitirme enfadar a la que seguramente sea y será la primera de mis escasos fans.
Intentaré que los lectores vayan conociendo personas y personajes que han marcado y marcan mi vida. Mis percepciones, mis lugares. Las inquietudes que tuve y los sueños que en este mundo de insomnio aun me quedan. Alguna foto de algún viaje. Poemas o algo parecido.
De chavales cantábamos un himno, ya postergado, cuyo último estribillo decía: “Sigo fiel a la estrella, sigo fiel a la estrella, que me señala el Norte”. ¡Qué lejos y qué cerca quedan aquellos tiempos!
Cantábamos a aquel Norte como un imaginario de rectitud y de valores universales, pero yo he ido descubriendo que el Sur no es su contrario, es otro imaginario, otra cálida patria que no posee himno, no tiene bandera y no precisa de fronteras.
Hacia el Norte el camino siempre ha sido sinuoso, frecuentemente empinado y cansino, pero rara vez tortuoso. Como casi todos he cargado en mi equipaje con la rancia culpabilidad heredada de Adán.
Hasta ahora.
Ahora que sospecho que he consumido al menos, ojalá así sea, la mitad de mi existencia, experimento la necesidad de virar el rumbo, de intentar sosegar el tiempo, de ir de recogida hacia ese quien sabe dónde que es el Sur, mi Sur.
No pretendo mantener una pose hierática, una actitud de existencialismo demodé. Mi camino al Sur no lo permite. Tampoco busco que este sea un angosto lugar donde solo quepa lo transcendental, nada más lejos. No os confunda mi miope escritura, mi torpeza de debutante. Ni mi Norte fue Antioquía ni mi Sur está en Alejandría.
Tampoco es mi intención emprender la imposible tarea de monopolizar el Sur, no se me enfaden ni los sureños, ni los sudistas ni los sur del sur.
Sólo me queda rogaros a todos un poco de lealtad y mucha indulgencia. Emprendo el camino hacia al Sur, empieza la recogida.
Mañana Mónica volverá a marchar. Me hubiera gustado haberla robado algo de tiempo para que me enseñara unos truquillos en este mundo de los blogs, pero solo tiene un tiempo y muchas vidas. No es un reproche, no puedo permitirme enfadar a la que seguramente sea y será la primera de mis escasos fans.
Intentaré que los lectores vayan conociendo personas y personajes que han marcado y marcan mi vida. Mis percepciones, mis lugares. Las inquietudes que tuve y los sueños que en este mundo de insomnio aun me quedan. Alguna foto de algún viaje. Poemas o algo parecido.
De chavales cantábamos un himno, ya postergado, cuyo último estribillo decía: “Sigo fiel a la estrella, sigo fiel a la estrella, que me señala el Norte”. ¡Qué lejos y qué cerca quedan aquellos tiempos!
Cantábamos a aquel Norte como un imaginario de rectitud y de valores universales, pero yo he ido descubriendo que el Sur no es su contrario, es otro imaginario, otra cálida patria que no posee himno, no tiene bandera y no precisa de fronteras.
Hacia el Norte el camino siempre ha sido sinuoso, frecuentemente empinado y cansino, pero rara vez tortuoso. Como casi todos he cargado en mi equipaje con la rancia culpabilidad heredada de Adán.
Hasta ahora.
Ahora que sospecho que he consumido al menos, ojalá así sea, la mitad de mi existencia, experimento la necesidad de virar el rumbo, de intentar sosegar el tiempo, de ir de recogida hacia ese quien sabe dónde que es el Sur, mi Sur.
No pretendo mantener una pose hierática, una actitud de existencialismo demodé. Mi camino al Sur no lo permite. Tampoco busco que este sea un angosto lugar donde solo quepa lo transcendental, nada más lejos. No os confunda mi miope escritura, mi torpeza de debutante. Ni mi Norte fue Antioquía ni mi Sur está en Alejandría.
Tampoco es mi intención emprender la imposible tarea de monopolizar el Sur, no se me enfaden ni los sureños, ni los sudistas ni los sur del sur.
Sólo me queda rogaros a todos un poco de lealtad y mucha indulgencia. Emprendo el camino hacia al Sur, empieza la recogida.
7 comentarios:
Supongo que sí, que seré la primera, aunque los pocos o muchos dependerán, como casi todo en el mundo moderno del marketing que hagas. No hay muchos trucos que te pueda enseñar(ese es Oscar)salvo que escribas mucho y que hasta las mentiras que cuentes sean tu verdad.
Los que ya no cantábamos ese himno,cantábamos "Vamos hacía delante, mil cumbres a escalar.." Quien sabe, quizá resulte que "hacia delante" está al Sur :)
Toda la lealtad, casi nada de indulgencia y un gran abrazo.
Mónica
¡Antioquía, Antioquía!,... ¡qué lejos estas Antioquía!,... ¡Alejandría, Alejandría, qué lejos estas Alejandría!
Chache, siempre recordaré ese momento, tan mágico, tan subrealista y tan divertido que tuvimos la suerte de vivir juntos,... espero que el futuro nos depare muchos momentos como ese.
Bss
Gracias Peque ya sabía yo que no me fallarías. Chache nos quedan muchas. Bien pillado el guiño que te hice. Besitos para los dos.
yo es que estoy acostumbrado a caminar hacía el sur, así que no me va a costar mucho seguirte en este camino. Bienvenido al mundo de los bloggers y larga vida.
Un abrazo.
Te dije, y te repito, que si vas hacia el sur, el sol cegará tus ojos y correrás el riesgo de estamparte.
Claro que si quieres ir al sur mirando al norte, vas de culo, y correrás el riesgo de estamparte.
Cómprate uns buenas gafas de sol y diviértete en tu gran aventura. yo estáré ahí, por si te estampas y dices: ¡ay!, hay que joderse, ¿quién me mandaría a mí meterme ahí?
Un abrazo
Sir Lawrence
POr enésima vez.
Si vas hacia el sur ten cuidado con el sol que te cegará y te puedes dar un trastazo de aúpa.
Ahora bien, si vas hacia el sur, mirando hacia el norte, vas de culo, y te puedes dar un trastazo de aúpa.
Consejo: cómprate una buenas gafas de sol.
¡Y qué llegues muy lejos!
Sir lawrence
A ver si es verdad. Vamos a hacer que hasta las mentiras que cuentes sean tu verdad. O sea que este comentario entre a la primera.
Sir Lawrence
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