lunes, 28 de junio de 2010

GRANADA


“No escribas acerca de mí. No lo tomes a mal, agradezco tus esfuerzos, pero, antes que tú, ya lo hicieron otros con mejor estilo y mayor pericia. Esta vez yo escribiré en ti. Con el buril de mi esencia acanalaré tu alma y tu piel. Hubo otras ocasiones en que te toque con mi belleza y volviste alegre a tu lugar. Hoy estás herido de vida y de muerte, hoy ya eres mío y de nadie, hoy ya sabes que tu destino es ser un guijarro más en cualquiera de mis cármenes.


No podrás librarte de tus recuerdos enredados en Recogidas. En ambas ocasiones te guiaba una mano femenina. La primera fue la de una niñez en escapada de carretera y manta, de un miedo cerval por el funcionamiento inesperado de la criatura que te llama padre. La segunda, madura y sosegada, la mano de la compañera, la amante y la amiga. A partir de ahora sabes que las amas, in saecula saeculorum.


No has podido beber gratis el vino de la noche y en tus noches cualquier whisky por debajo de los diez años sonará a pedofilia escocesa. No has podido retirar tus ojos de mi belleza y en la oscuridad estrellada, desde Aben Humeya, has mirado mi Alhambra con el rubor y el encantamiento de creer que son los desnudos pechos primerizos que en otro siglo te volvieron loco. Has llorado y llorarás secamente por ello y pagarás con satisfecha liberalidad el vino que, con su brumoso proceso, te llevará hasta ellos, hasta la tersa y calida piel extinguida por el tiempo.


He puesto sobre tu espalda una ínfima parte del peso de la historia, de mi historia. Te he hecho comprender, una vez más, que todo cuesta. Has pagado el óbolo debido en los lugares en que me habitan los parásitos negros, de faldones de mentira que arrastran por los suelos. Has comprobado que su memoria histórica se resume en dos columnas, sacras, pulcras, ornadas por tétricas listas pétreas con los caídos por el marxismo. No mato a aquellos la sinrazón y el odio, los mató toda una filosofía para que hoy fueran recordados, mientras sus nombres y sus rangos, dentro del escalafón eclesiástico, sujetan el coro de mi Catedral y esperan pacientemente que el odio terrenal y divino recaiga sobre sus verdugos. Ironías que yo padezco desde siglos.


Verás que el destino del hombre es yacer, putrefacto e inmóvil, sobre la piedra o bajo la tierra. Entonces has entendido que la historia también sirve para que una pareja de franceses, muy parecidos a la versión gala de Doña Croqueta y Don Pimpón, visiten La Ilustre y Real Capilla en sandalias, con impolutos calcetines blancos. No siempre la estética y la historia van de la mano.


Subirás y bajarás, siempre que la luz te acompañe, el fácil y albo laberinto de mi Albaicín y no has podido, ni podrás, dejar de reparar en la cantidad de herederos de los hippies que, más que habitarlo lo recorren, como fantasmas nuevos con estética vieja. Acompañados por famélicos perros has creído que son parte de un eterno atrezzo, junto a los tullidos, los flamencos y los pedigüeños, de la función eterna que en mi se representa.


Pero no todos podían ser anónimos y desconocidos, es difícil pasar por mí y no relacionarse, es más difícil aún que yo pase por ti y no sientas la necesidad de hablar y de comunicarte. Así has podido sentir el privilegio que te da el camarero amigo de nunca, la recepcionista que no sólo te orienta si no te previene de oscuros peligros.


Has culminado, si el viaje es conocimiento y búsqueda, con esa extraña pareja que intentan demostrar que la razón y la amistad están por encima de religiones. Él, Osama, artista y barman. Mahometano, marroquí, de Tetuán. Ella, Hanna, americana, de padres judíos rusos nacidos en una de las múltiples repúblicas asiáticas escindidas de la antigua Unión Soviética. Los dos amigos de la palabra, de la belleza y por ende de la paz. Formasteis por un momento el triangulo, irregular, de las tres grandes religiones monoteístas que un día convivieron en mí. Bebisteis, hablasteis, reísteis y la madrugada se echó encima venida desde la esperanza.


Te he ocultado mi otra cara, no te he dejado ir más allá de la frontera del Genil y del paseo de la Bomba ¡Esa cara es tan parecida a las de otros lugares, a las de otras ciudades! Tocaba singularidad.


Y de nuevo la bruma y el regreso. Has hecho extraños balances e intentas recordar cuantas veces has pronunciado la palabra crisis. Ninguna. Cuantas veces has sentido rabia, impotencia, ira, prisa. Ninguna.


Ahora sentirás las punzadas de la nostalgia, la ansiedad que produce la abstinencia del Sur y permanecerás de esta manera hasta que al fin tengas la suerte última de ser guijarro en uno de mis cármenes.”

10 comentarios:

J.M. Quesada dijo...

No te asombre mi premura.
¡Por una vez soy el primero!
He tenido ocasión de contemplar, con admiración, La Alhambra, también en dos ocasiones como tú, desde dentro. Otras muchas desde El Mirador de San Nicolás, en el Albaicín y desde otros muchos puntos de la ciudad.
Me encanta Granada. Una de mis ciudades favoritas, por tantas y tantas cosas.
Qué suerte tienes ¡bandido!, de que La Alhambra te escriba… Se nota que sabe quien tan solo la mira y quien la admira y la ama.
Felizmente te ha correspondido con un sentido escrito, impregnado de duende, del que Ella tanto hace gala.
Permite que te diga amigo Nacho, que por esta vez “La Alhambra te ha superado”. Es un escrito lleno de sabiduría y sentimiento.
Felicidades a “la autora” y al destinatario.
¡Qué suerte tienes Bandido!

Miguel-1961 dijo...

Hola Nacho…

¡Saludos a la Alhambra
y al “qa'lat al-Hamra” ,
Que tantas veces la viera,
Bajo la luz de la Luna
Y en noches estrelladas!

Me retraes a mis años de juventudes, a aquel, que por la obligación impuesta, me hizo servir a mi patria (La España) en esa tierra ¡Al Ándalus, y Granadina!
La admiro desde los ochenta del siglo pasado, cuando recorriera sus barrios del Albaicín, La Alcazaba y como no, por el tan conocido Sacro-Monte.

Gracias, por traerme esos recuerdos y todo lo que recojo de ésta, tu Alhambra, solo puedo decir, suerte tiene la Reina Mora, y más tú, te escriba y poder escucharla. Como un simple aficionado para ti y para ella, este verso que espero os guste.

Suerte…, la de pocos
Les susurre la Alhambra
Y el Alma de quien dicen,
La tiene embrujada,
Entre susurros y luces
Pocos son… menos diría
Por muchos que la admiren
y muchos la escriban
Nacho tienes la suerte
de que “ella” te escriba.

Como te dice “” el primero “” ¡¡Qué suerte tienes Chaval!!

El 129 J.L.Romero dijo...

Bueno y ahora yo que puedo escribir? he pasado por Granada, he estado en Granada pero no he visitado la Alhambra, que pena me da el habermelo perdido.
Que suerte tienes de que te escriba y tu nos lo cuentes.
Un saludo

Nacho M. dijo...

Hola Juanma:

Gracias por ser el primero. Asombrado estoy.

Tengo la impresión de que Granada me quería decir más cosas, haber seguido desvelándome secretos, certezas y obviedades que no todo el mundo llega a ver. Quiero creer que me ha dosificado todo esto con el fin de que vuelva. Y volveré, ese es mi deseo.

Miguel, qué tendrá aquel lugar que después de tanto tiempo, y no en gratas circunstancias, aún es capaz de arrancarte poemas. El verso me ha gustado, el hecho de que te atrevas más.

José Luis, bienvenido al fin. Aplícate lo que antes comentaba, en cuanto tengas oportunidad pásate de nuevo por Granada y disfruta de su Alhambra, por dentro, por fuera, mírala y admírala desde todos los sitios que te sean posibles.

A los tres un abrazote que esperemos sea carnal dentro de poquísimo tiempo.

¡Salud!

Kureka dijo...

Como siempre he sido muy de puntualizar (que no muy puntual, aunque tú seas un puntilloso, pero esa es otra historia) puntualizo. En realidad, Granada no te escribe a ti, si no a si misma y su belleza. Vamos, una narcisista cualquiera la tal Granada ésta, aunque bien lo merezca su belleza y además sea precioso lo que escribe. Abrazoz.

Anónimo dijo...

لقد سبق وقال كل شيء ، ولكنني الحسد لك ، أنا لم يكتب غرناطة... ولقد تودد لي مرات عديدة. لن أقول الكلمات المناسبة. لطيفة جدا لديك ترجمة غرناطة. بيزوس الساق

Moñi dijo...

Señor, le pido perdón, no he sido puntual a su cita y precisamente este mes, claro como tengo la mente puesta en la paga del “18 de Julio” me olvidé de junio.

No, no me lo perdono, precisamente Graná y “me” se han adelantado los de siempre, los que saben hacer changa. Aparte de que sus escritos para mí son Biblia, Granada es que es la última fortaleza de una cultura que admiro, quizá otro de los errores que cometió este pueblo de ”dios” (otro error fue echar a los franceses).

Señor, señores, yo también serví a la patria en Granada, por pura lógica, soy del sur, detrás de la Plaza de los Reyes Católicos (menudos pájaros) y he vuelto varias veces a recordar el mejor año de mi vida. Podría contarles muchas cosas, ya en vivo y en directo lo haré, solo una, para que vean lo “subdesarrollados” que pueden ser unos reclutas de aquellos años. Yo, con otros, incluido alguno de Bailén, subíamos a la Alhambra a escuchar en una “arradio” la novela de Lucecita, que mejor marco que aquellos jardines en la siesta. He tenido que volver otras veces para enriquecerme con los rastros moriscos.

Saludos y salud.

Sir Lawrence dijo...

Iba a dejar un comentario más largo, pero el Sr. Anonimo de ha dejado sin palabras.
Y es que Granada tiene tal embrujo que une a moros y cristianos en una solo credo: la belleza.
Precioso el escrito.
Cada día me sorprendes más.
A tu gran calidad y belleza en la forma, unes tu creatividad en los contenidos.
No nos dejes tanto tiempo a la espectativa.
Un abrazo amigo

Nacho M. dijo...

Hola Kureka:

Con que no me des la puntilla me vale.

No creo que sea narcisista, es poderosa. Espero que algún día nos escriba a ambos, mientras paseamos por Recogidas, camino de Bib Rambla o Las Pasiegas.

Besucos mi amor.

Estimado Pata:

Políglota de salón, yo sé que te ha escrito Granada en más de una ocasión. No sólo de palabra vive el hombre, también en Elvira y Navas, entre jamón y pringá, entre alhambra y alhambra, o en su defecto algún oloroso, te has conciliado contigo mismo. Así también deja marca Granada y de la buena, me atrevo a decir.

Moñi:

Andaba ya preocupado con tu ausencia. La paga está al caer y tú andas a punto de ir al Sur geográfico para así unirlo al Sur esencial que nos habita.

Sospecho que la radio no era muy buena y había que ascender hasta la Torre de la Vela para oír Lucecita. ¿Quién dará testimonio de todas aquellas pequeñas cosas? Pero sobre todo ¿Quién se las podrá creer? No están tan lejos en la historia y parecen remotísimas en nuestra memoria. Deseando estoy de que nos las cuentes en persona.

Maestro:

Mi escasez creativa no es por dejaros expectantes, que también, es porque trabajar, holgazanear (derecho que reivindico), estar con amigos, familia y demás, roba tiempo para escribir pero alimenta los contenidos que han de ser plasmados ¡Pero qué te voy a contar a ti!

Descansa, que te lo mereces. Ya sabes estoy
ansioso por ocupar el anaquel que te comenté.

A los tres muchas gracias y un abrazo muy grande.

¡Salud!

SASTRE dijo...

Sr. Nacho ¡en Granada haremos un gazpacho!
Granada, siempre ha sido la tierra soñada…
por eso los Reyes de Cataluña y Aragón
decidieron ir a buscar el pabellón.
Y aunque el que vimos antesdeayer era de ellos
les gustó el del moro y dijeron: ¡A por ellos!
fueron a robar el de Granada.
A grito de… ¡Graná casi na!
Y no sabemos si hubo mariconadas por en medio

PD. Para el próximo intentaré estar más atento.
Sigue así, contigo tenemos un amigo que es
un fenómeno en ciernes.

Un abrazo.