domingo, 31 de julio de 2011

OTRA VEZ JULIO.

No se cena mal en el Guipuzcoa. Ubicado en el antiguo recinto ferial de la Casa de Campo de Madrid, en uno de los antiguos pabellones de la Feria del Campo, aquella que acercaba a los madrileños a las bondades rústicas, las costumbre agrícolas y ganaderas de todas las regiones de otra España, en espacio y tiempo. La misma feria que despertaba en mi madre nostalgias de infancia dura y añoranzas de terruño.

En el Guipuzcoa si decides que vas a consumir sidra sólo tienes que agenciarte un vaso apropiado que hay en una mesa supletoria enfrente de la mastodóntica barrica y servirte a discreción. Fue en uno de esos viajes cuando le vi. Atildado, seco, con el resto del naufragio de su pelo peinado hacia atrás, estirado el ralo cabello al límite de su resistencia y rematado en graciosos caracolillos que adornan su nuca.

Allí estaba, acompañado de una mujer y otra pareja, diferentes pero iguales. Él debió percibir mi mirada furibunda y desde luego escuchó el comentario que hice al llegar a mi mesa. Allí estaba, cincuentón de gimnasio, ocupando el espacio inmediato a mis espaldas, haciendo viajes para escanciar sidra, estirado, con un rictus en los labios que le confieren un aire de roedor. No pude más que sentir la rabia añeja al recordar su gestión al frente de la Consejería de Sanidad, el trato que recibió el Doctor Montes y su equipo médico, los fondos y las formas, acorazadas por un despliegue de medios informativos dóciles, mansitos e incondicionales.

Pasada la rabia inicial -y al hilo de la subida de tono que los comentarios en mi mesa se iban produciendo- pasé a la indignación. Nos acordamos del antiguo portavoz del Gobierno de Aznar que calificó de nazi al médico del hospital de Leganés. Recordamos a Urdaci, los hilillos de chapapote de Rajoy, del 11-M, y de todo lo que amenaza con volver, con su incólume revancha. El Papa en menos de un mes, Camps y los trajes, Gürtel por aquí y por allá, los sueldos de Cospedal. Tampoco nos olvidamos de la bipolaridad nacional, de La Tercera por llegar, de los indignados de este mundo que heredarán la tierra calcinada por la codicia y los botes de humo.

Analizamos, con más sidra y proyectos de gin tonic, las excusas de los desertores, los que cambian seguridad por libertad y que terminan volviendo al redil cuando les han levantado la camisa con sus artes de buenos gestores. Nuestros necesarios agentes sociales, empresarios del pelotazo, privatizadores del aire y unos sindicatos de opereta que no movilizan pero salen en las fotos.

Cuánto peor, mejor. Ni cuerpo que lo resista. El Sur aún queda lejos, más que la China, y septiembre se postula para desarrollar expedientes de regulación de empleo en oferta. Los parados son sospechosos de fraudulentos vampiros de las arcas del estado y los bienpensantes desertores entonan el “Gracias Dios mío por no haberme hecho emigrante, gitano o minusválido” en una adaptación hispánica de Baudelaire.

Me despido de la sidra y del Guipuzcoa, poco a poco, como voy haciendo con todos mis tics pequeño burgueses, con las barbas remojadas y repasando los principios del comunismo de guerra.

Los oyes. Dicen que ahora, por fin, nacerá la confianza. Nacerá en los mercados, en las empresas, poco a poco, ya verás, te instan como si tu incredulidad fuera fruto de la idiotez, como zombis llegados de la vieja vida. Hablan del mercado como si de un primo lejano se tratase o del vecino al que nunca le pedirías sal. Todo el mundo ya sabe de clasificaciones, discuten con desparpajo del diferencial de la deuda alemana como lo hacen del barça o del madrid.

Los otros, los que han sido meros comparsas del desatino universal, nos convocan a elecciones un 20 de noviembre. No me queda ya baba para que se me caiga ante tal ocurrencia, ante la enrevesada consigna y creo oír voces que me llegan desde la Puerta del Sol: “¡Qué no nos representan, qué no!”

En mi pueblo son la oposición, ahora más leal oposición que nunca y su número dos de la lista ha pactado con el eterno alcalde, a espaldas de su partido y de sus votantes, su sueldo para los cuatro próximos años. Trescientos cincuenta euros al mes, eso dicen. Al cambio actual, treinta monedas de plata en total, menos la comisión. Y ella se llama Verónica pero no presta el manto a nadie.

Otra vez julio y sus convulsiones.

8 comentarios:

Marcos dijo...

Gracias.

Otro vendrá que bueno me hará. Seguro.

Temo al verano por la calor. Nos volvemos medio guilipollas. Hoy temo y mucho que se acabe este verano, el otoño va a ser muy, muy caliente.

Hablando de “guilipollas”, sé, que echaré de menos a ese que llaman zapatitos, vendrán los de los zapatos de loewe o como se diga (porque yo compro en el rastrillo), y nos quitarán hasta la bata del hospital. Que esa es otra, lo que “ahorren” en batas, se lo gastarán en sus televisiones.

Ya es duro pagar la minuta del Guipuzcoa, pero si los tienes a la espalda, resulta repugnante compartir morada con los HP.

Malos tiempos compañero.

Kureka dijo...

Tiempos oscuros se avecinan, casi como nuestro tifón que nunca llego a ser.

Pero como en todo hay equilibrio, te diré que seguramente no venga mal para recordar lo duro que es que nos gobiernen los de siempre, los retrogrados, los que niegan los derechos a los diferentes e insultan a la familia del vecino por no ser cómo la suya, qué digo, ni la insultan, simplemente no es una familia para ellos..

Pues eso, quizá no venga mal para recordarnos que frente a eso, estamos nosotros, y nuestras múltiples familias (la del barrio, la del grupo, la de los amigos..) que creemos que otro mundo es posible.

(Es lunes, qué le vamos a hacer)

Besos muchos.

Sastre dijo...

Nacho, tengo que empezar por decirte, que para mí ¡Son TODOS iguales! Y no es precisamente de ahora, llevamos demasiado tiempo viendo lo que han podido dar de si.
Te contaré de un verano, el verano pasado, en una cantonada céntrica de Barcelona, tres de la tarde, al lado de un conocido restaurante. Aparcados en doble fila y con los motores en marcha, ocho Audi – 8 “ocho”, con sus correspondientes chóferes ¿Qué pasa aquí?... Se ha reunido a comer “El tripartito” (3 partidos de izquierdas) y mantienen, los motores encendidos durante todo el tiempo, con el único objetivo de mantener fresquito el habitáculo (Muy ecologistas, ellos) Esto ocurre, cuando lo que se ha dado en llamar “Crisis” ya está en estado muy avanzado.
Como te decía, para mí, son todos iguales y por eso no voy a hacer distinciones.
Lo malo es que para arreglar este problema, habría que empezar, desalojándolos a todos. Cosa que a día de hoy, se me antoja imposible. Pero sí que se les puede forzar (y mientras van desalojando) a acometer cambios, lo suficientemente importantes como: Reforma de la Constitución y de la Ley Electoral. Y a partir de ahí, todo lo demás… justicia, sanidad, etc.
Y a estos que tenemos hoy, si procediera y al que se haya extralimitado, lo pondríamos en manos de los jueces.
Se podría empezar en estas próximas elecciones, no votar a ninguno (que se voten ellos solos) Con una abstención del 50 ó 60%, no les quedaría más remedio que arreglar el desaguisado.
Mientras tanto, Nacho, disfruta de lo que queda de verano y en otoño… Ja parlarem.
Un abrazo.

Nacho M. dijo...

Hola Marcos:

Malos tiempos, raros tiempos. Yo no, no echaré de menos a zapatitos. Pasará como con todos, los de su partido, que son de izquierdas hasta que se hacen salvadores de la patria, entonces permiten radicales reformas laborales pero no tocan lo fundamental. Son como dice Luis, aunque con matices, los mismos. Sin dejar de reconocerle ciertos avances en política social, como por ejemplo el matrimonio entre gente del mismo sexo, otros intentos fallidos por no dotar económicamente sus propias leyes, véase la Ley de Dependencia y otras leyes traídas por los pelos y a medio cumplir como la Ley de Memoria Histórica, en general mucho ruido y pocas nueces y una crisis que negó como Pedro a Cristo. En fin, que me enrollo y no es momento, ya nos daremos la “charleta” en persona.

Luis:

Al hilo de lo de Marcos, pues sí, más de los mismo. Cómo tú yo también me pregunto dónde está la reforma de la Ley Electoral. La supresión del impuesto de Patrimonio, el caprichoso cheque bebé, los cuatrocientos euros de rebaja en el IRPF, fueron mediadas populistas que ahora no tapan unas prestaciones de desempleo precarias, un futuro incierto para todo aquel que cruce la línea que lleva al desempleo. Lo que no sé yo es cuan de eficaz es la abstención ¿de verdad crees que nos necesitan para sentirse legitimados? Ja parlarem y me contarás como estáis sufriendo los recortes en Cataluña.

A los dos un abrazo y gracias por seguir por aquí.

¡Salud!

Nacho M. dijo...

Hola Mónica:

Te contesto hoy. Por fin viernes, así me hago ilusiones de que hemos vencido a la legión de lunes que vendrán. Ojalá todas nuestras preocupaciones sean como tu tifón, pero me temo que no. Se formarán otros tifones y espero que se conviertan, por nuestro bien, en rabos de nube.

Es posible que en todo haya equilibrio, no sé, ese tal equilibrio y yo no hemos sido presentados formalmente aunque admito que he oído hablar de él.

Por supuesto ningún relamido meapilas me va a decir cómo han de ser mis familias, mis sentimientos, mis opciones. Sólo no cediendo, denunciando, desenmascarando su doble moralidad, su finalidad última, hacemos algo, nos mantenemos en lucha.

Tú, que además de pertenecer a todas mis familias, eres también mi pequeña patria ambulante, no te preocupes, que aún vela por ti éste, el más torpe pero el más leal de tus caballeros.

Besitos.

Pipò dijo...

Los perros tienen que ladrar, pues asi es la unica forma que se les mantega, eso no quiere decir que sean buenos cuidadores ni mucho menos guardianes, en este mundo todo vale para llegar al poder, la etica y para ellos la misreria son palabres desconocidas, obreros no son ni nunca lo seran, pues las manos las meten en la pasta y nosotros en el carbon, que no es ser cabron, ellos son los cabrones y la escoria de este siglo.
Salve

Sir Lawrence dijo...

Y mientras medio mundo se tambalea a causa de la crisis, otro medio mundo se muere de hambre. De hambre y de tristeza, de incultura y miseria humana; de pobreza y desesperación, de desarrollo y desigualdad social, de corrupción y justicia, de policías y ladrones –o al revés, lo mismo da-, de políticos y analfabetos, de gente bacán y de choros… de conquistadores y conquistados.
Circulo inmundo de pobres diablos que no saben por lo que luchan, tan solo se preocupan de sobrevivir un día más… Aquí se tambalea un 5% y se muere de hambre el 95%
Y nos quejamos en España. Todos nosotros, pudientes clases medias a las que todos queremos pertenecer, que seguimos viviendo con más de lo que necesitamos, derrochando en cosas fútiles, quejándonos de los precios del alquiler en la playa, hablando de calidad de vida…
Una vueltecita por los barrios bravos de ésta, mi Lima querida, a la que Dios- ni el Papa- vino a ver, no nos vendría mal a todos. Veríamos lo que es la “calidad” de vida aquí, dejaríamos de quejarnos para siempre…
Lima, esta Lima inexpugnable, impenetrable, miserable y peligrosa, es “Marca Perú”, pero es algo que clama al cielo –que diría mi madre-, y que define a lo inhumano y egoísta que es el Hombre –digo yo- .
Y eso que no me baje del coche (por seguridad); todo lo vi desde la ventanilla.
¡Qué depresión!

Kureka dijo...

Gracias pa, vuelve a ser lunes y es bueno saber que hay quien vela por una :)

Besos a cascoporro.