jueves, 17 de septiembre de 2009

Y POZUELO NO FUE UNA FIESTA.



En la madrugada del primer domingo de septiembre una dotación de la policía acude a socorrer a un herido en una reyerta dentro del recinto ferial. Es la hora de dispersar a los jóvenes que hacen botellón alrededor de sus flamantes coches, con sus flamantes equipos estereofónicos a todo volumen. Son las fiestas patronales del municipio con la renta per cápita más alta de España: Pozuelo de Alarcón.

Fuera por la reyerta, fuera por la orden del desalojo del recinto ferial y por ende el fin de fiesta, lo que pasó allí lo sabemos todos. Vandalismo. Energúmenos borrachos incendiando coches de la policía local y nacional, intento de asalto a una comisaría, destrozos de mobiliario urbano, etc.….

Lo llamativo, que no sorprendente, es que estos angelitos, en su mayoría provienen de familias acomodadas cuando no adineradas, estos rufianes de ropa de marca son los futuros cachorros que formarán la flor y nata económica, política y legal de este país. Ha cogido por sorpresa a las autoridades lo allí ocurrido. Cómo iban a pensar los políticos, muchos de ellos vecinos de la localidad o de sus alrededores, que esto podía pasar. Cómo iban a pensar los políticos, nuestros políticos.

No han tenido ni siquiera el decoro de disfrazarlo de reivindicación. Nada de lucha por soberanías o por ocupaciones de espacios, nada de exigir un futuro más justo, nada de cambiar nada. Nada de nada, como lo que rellena sus tristes cráneos.

Los cráneos de sus papás están rellenos de dinero, competitividad, reformas de mercados arrasados por ellos mismos, negocio por encima de todo y poco más. Ante las absurdas medidas cautelares del juez de menores, de imponer a los que cumplen con esta condición la obligación de estar en sus domicilios antes de las diez de la noche, los papás han decidido recurrir. Por supuesto han alegado que sus hijos son modélicos, con un expediente académico modélico y es, a todas luces, injusto que estos querubines estén tan pronto en casa.

Mientras nuestros politiqueros estén a lo suyo, denostando y empobreciendo lo público, es decir lo de todos, estos tarambanas se sentirán con todo el derecho de destrozarlo, sean seres o enseres, para que su divertimento no acabe.

Mientras que los pilares básicos de una sociedad moderna, los verdaderos índices de riqueza, véase, la educación y la sanidad, sean el codicioso pasto de negocietes de sotanas y mercachifles, estos gansos harán de su capa un sayo.

Lo único bueno que se puede llegar a vislumbrar de los incidentes de Pozuelo es que en esta sociedad se abra un debate sobre qué hacer para remediar esta degradación, dejando de lado las medidas populistas que, como por ejemplo doña Espe, se antojan oportunistas paños calientes.

Esta sociedad necesita una profunda transformación ética que indudablemente empieza en las familias, continua en las aulas y ha de terminar en las calles de nuestras ciudades y pueblos.

Hace falta educación, respeto, cultura, solidaridad. Valores que hoy parecen estar en desuso pero que son imprescindibles y saludables. Claro está que si aquí cualquier administración escoge temario, veta asignaturas y extingue las materias de humanidades, mal vamos. Ni que decir del maltrato que recibe por parte de los brujos de la secta mayoritaria la llamada asignatura de Educación para la Ciudadanía que es sólo un asomo de los valores que debemos enseñar.

He oído comentar estos días de la falta de méritos en nuestra juventud, acostumbrada a que todo se les sea otorgado por obra y gracia de la visa, el talonario o el préstamo. ¿Ser merecedor de qué? ¿Qué ejemplo damos si hasta para ser jefe de estado basta con llevar cierto apellido? ¿Cómo van a emprender y a comprender el iniciático camino del “meritaje” aquellos que tienen como mitos y dioses a los vagos adinerados?

Conclusión: o esta sociedad llega a un pacto consigo misma y es capaz de enfrentarse a sus errores o nos vemos abocados a que en el futuro estemos gobernados por la estulticia y la violencia. Al tiempo.

8 comentarios:

Moñi dijo...

¿Se le podría poner algún “pero” a tu escrito?, solo se me ocurre, “copiar y pegar”. Estoy totalmente de acuerdo contigo, lo que pregunto es, ¿no serían de “Valdemingómez” los que armaron la bronca en Pozuelo?, quizá fueron los del “sur”, ¿cómo puede uno creer que unos engominadillos, legionarios de c., que van cogiditos de la mano todos los domingos a dar “gracias” puedan levantarse contra su “guardia” ¿civil?, con los favores que siempre les han hecho. ¿Educación para la ciudadanía?, eso es para los “ pobres de espíritu”, a ellos, le enseñan con nuestros dineros en sus colegios la “ingeniería económica”, la forma de amasar a costa de nuestras costillas, eso si, volviendo todos los domingos al “chiringuito” a dar gracias a su dios.

Dicho esto, tampoco nos queramos salvar de nuestra parte de culpa, sobretodo nuestra juventud, tenemos lo que nos merecemos y más en esta comunidad de Madrid, pienso que es el sitio donde mas se puede ganar y donde mas se puede perder. Por un lado nunca entenderé que aquí, siempre ganen los “gallardos” y los de la esperanza (no Macarena) y por otro lado es fácil de comprender, esa juventud, sin preparación (en general), con dinero fácil, cuando quieren aprender es tarde, ya tienen que pagar el tuneado del coche negro, el móvil…., cuando no la hipoteca y entonces es cuando están “muertos”, están a su “merced”, que digo yo, que siempre hubo pisos compartidos, pensiones, cualquier cosa antes de someterse para toda la vida, esa edad en la que no hay nada que perder y si mucho que ganar. Y poco, o mucho más te puedo decir, te repito, no le echemos toda la culpa al “empedrado” ya que nosotros, sabemos mucho de eso y por desgracia no tuvimos que darle gracias a su dios.

Saludos y me voy unos días al SUR.

Nacho M. dijo...

Gracias Marcos por quedarte por aquí y disfruta tu estancia en el Sur. En la parte que nos toca, los que somos padres ¿Cuánto hay de excesivo proteccionismo hacia los hijos? ¿Quién cría verdaderamente a nuestros retoños? Otras muchas reflexiones se me ocurren para próximos posts. Lo dicho pásalo bien y un abrazo Compañero.

Moñi dijo...

Buenas reflexiones Nacho, y largas.

A nuestros retoños, tenemos que criarlos nosotros, con todo el sacrificio que conlleva, solo nosotros y exigirles que apliquen nuestras enseñanzas en la calle.

¿Cuánto hay de excesivo proteccionismo? otro gran problema que quizá no sepamos administrar, no se trata de quererles o de ser sus “amiguetes”. No se les puede llevar un “vaso de leche” a la cama a las once de la mañana cumplidos los 20 años, después de un “botellón”, no se les puede estar pagando “cursos” hasta los 28 años (son ejemplos), tienen que tener muy claro y desde mucho antes, cuando termina la niñez y empiezan a ser “hombres”, (aunque ya no hagan la mili), quizá esa fue una de nuestras “ventajas”, todo no iba a ser como tú y yo sabemos. ¿ Cuando, hoy, una persona deja de ser “niño” y asume lo que le exige la vida?, sin nuestro proteccionismo.
Quizá te estoy dando demasiadas “pistas” para tu futura reflexión.

Se os saluda.

Anónimo dijo...

De acuerdo salvo en un par de cosas: donde dices que ni siquiera han tenido el decoro de disfrazarlo de reivindicación, yo opino que POR LO MENOS no han tenido la falta de vergüenza de disfrazarlo de reivindicación. Es vandalismo puro y duro y por lo menos no lo disimulan. Otra, que la retórica norte-sur me parece demagógica.
Por otra parte, pijos violentos y hasta pistoleros ha habido toda la vida, desde los tipejos de primera línea de nuestra jumentud hasta los ultras de fútbol. Antes sus actos no tenian consecuencias porque sus padres mandaban, luego porque aún funcionaban las influencias en la policía o la judicatura; ahora, porque las leyes complacientes y la sociedad acomplejada permiten que cualquier barbaridad quede impune.
Ya esta bien de que todos los hijoputas echen la culpa a sus padres o a la sociedad de sus desmanes.
Hala, besos para tooodooos. (Soy Pata)

Nacho M. dijo...

Se te echaba de menos.
A ver si pillas la licencia: en este caso no tuvieron el decoro de disfrazarlo de reivindicación, como en el caso, por ejemplo, de los "borroka" tienen la desvergüenza de hacerlo.
De los pijos de antaño, que todos hemos sufrido, estaban organizados con un fin; estos se lo tomaron como algo lúdico, una improvisada actividad más de las fiestas. Yo no sé si los hijoputas le echan la culpa a sus padres, lo que si sé es que esta sociedad crea y cría a sus miembros.
Date por besado, amigo, y lo dicho, se te echaba de menos.

Anónimo dijo...

TIO, LO ACABO DE LEER Y SOLO SE ME OCURRE AÑADIR !AMEN¡.
SOY CALVO,CLARO. EL OTRO CALVO.
BESUCOS

Anónimo dijo...

Amen¡
besucos

Nacho M. dijo...

Bienvenido otro Calvo y que alegría de tenerte por aquí.
Besucos y abrazotes.